"What's Next in Space Exploration"

viernes, 8 de julio de 2011

El ultimo despegue del Atlantis en video

El ultimo despegue del Atlantis en fotos















Inicia la cuanta regresiva para el despegue del Atlantis

La NASA estima que al complejo espacial ubicado en Cabo Cañaveral, Florida, lleguen unas 750 mil personas para presenciar el histórico vuelo del transbordador.


Cabo Cañaveral • La NASA se dispone este viernes a lanzar el Atlantis hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), a pesar del pronóstico de mal tiempo, para la última misión de un transbordador espacial, que pasará a la historia después de 30 años.

"Esta mañana es el principio del fin de la era del transbordador espacial", dijo Allard Beutel, portavoz del Centro Espacial Kennedy, desde donde se prevé el despegue del Atlantis a las 11H26 locales (15H26 GMT).

Unos 2 mil periodistas, tres veces más de lo habitual en un lanzamiento, llegaron al complejo espacial ubicado en Cabo Cañaveral, Florida (sureste de EU), y la NASA estima que al menos 750 mil personas presenciarán el histórico vuelo del transbordador.

Pero el estado del tiempo podría alterar los planes, ya que sólo hay 30% de probabilidades de que existan las condiciones meteorológicas propicias para un lanzamiento, dijo Beutel.

Aparte de esa incertidumbre, "no hay ningún problema técnico hasta el momento que impida el lanzamiento de Atlantis", agregó el portavoz.

El llenado del tanque externo del transbordador, con casi dos millones de litros de hidrógeno y oxígeno líquidos a muy baja temperatura, comenzó como estaba previsto, poco después de las 06H00 GMT del viernes.

Los cuatro astronautas de la tripulación, tres hombres y una mujer estadounidenses, fueron despertados a las 04H30 (08H30 GMT). Después del desayuno y de un examen médico final, se pondrán sus trajes espaciales de color naranja hacia las 11H00 GMT y comenzarán a abordar el Atlantis poco después de las 12H00 GMT.

La misión 135 y última de un transbordador estadunidense tendrá 12 días de duración y consistirá en entregar 3,7 toneladas de alimentos y equipos a la ISS, para permitir que la estación orbital y su tripulación permanente de seis personas cuenten con suministros durante un año.

El envío a distintos museos del país de los tres transbordadores que restan de la flota inicial de seis -el prototipo, Entreprise, nunca voló, y dos se perdieron en distintas catástrofes, el Challenger en 1986 y el Columbia en 2003, provocando la muerte de 14 personas en total- dejará a Estados Unidos sin un vehículo propio para enviar a sus astronautas en órbita.

Tras el regreso del Atlantis, la NASA dependerá de los Soyuz rusos hasta el desarrollo de una nueva nave espacial estadunidense, que no será antes de 2015, como muy temprano. Varias empresas privadas compiten para ofrecer un medio de transporte de astronautas y carga a la ISS.

El retiro de circulación de los transbordadores es motivo de nostalgia y tristeza para muchos, sobre todo en el área cercana al Centro Espacial Kennedy, llamada "Costa Espacial".

Unos 27 mil puestos de trabajo se perderán con la finalización del programa de transbordadores, cuyo reemplazo no se ha definido aún.

"Es como perder a un ser querido", explicó recientemente Marcia Gaedcke, presidente de la Cámara de Comercio de Titusville, una ciudad de 45 mil habitantes cercana al Centro Espacial Kennedy, que perderá el 40% de los 8 mil puestos de trabajo directos eliminados.

"No tenemos idea de lo que será el futuro del programa espacial. Es totalmente desconocido", dijo Garry Broughton, un ingeniero de United Space Alliance, una empresa subcontratada por la NASA. "La gente es despedida todos los días", dijo a la AFP este profesional, que perdió su trabajo después de 32 años de carrera.

La amargura también se percibe entre los astronautas.

"Es duro porque tenemos muchas menos posibilidades de volar al espacio cuando hemos dedicado toda nuestra vida" a eso, reconoció el astronauta Steve Robinson en una entrevista con la AFP.

"Pienso que mantener a los transbordadores en funcionamiento unos años habría sido una solución posible para evitar que Estados Unidos se encuentren sin acceso al espacio para sus astronautas, pero ahora es demasiado tarde", dijo Robinson, que voló cuatro veces en un transbordador.

martes, 15 de marzo de 2011

Antecedentes para la creación de la AEM


Las actividades del Gobierno Mexicano en actividades espaciales iniciaron a finales de la década de 1950, cuando Walter Cross Buchanan, secretario de Comunicaciones y Transportes (1955-1964), y Manuel Sandoval Vallarta promovieron el diseño y construcción de cohetes para monitorear la alta atmósfera, con el apoyo de académicos del Instituto Politécnico Nacional. De igual manera, otros cohetes sonda fueron lanzados por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí por aquellos años.

En el mismo sentido, el presidente Adolfo López Mateos emitió un decreto en el Diario Oficial de la Federación del 31 de agosto de 1962 que creó la Comisión Nacional del Espacio Exterior (CNEE), adscrita a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con el fin de fomentar la investigación, explotación y utilización pacífica del espacio exterior; Comisión que continuó con los trabajos de cohetería, telecomunicaciones y estudios atmosféricos en el país.

La creación de la CNEE impulsó la investigación espacial y en ese mismo año, 1962, la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de su Instituto de Geofísica, creó el Departamento del Espacio Exterior, hoy Departamento de Ciencias Espaciales.

En los años posteriores, la CNEE fabricó los cohetes Mitl y se obtuvieron importantes avances en el estudio de la alta atmósfera a través de tres subprogramas de investigación. Sin embargo, el gobierno del presidente José López Portillo canceló los trabajos en materia espacial y publicó la desaparición de la Comisión Nacional del Espacio Exterior en el Diario Oficial de la Federación del 3 de noviembre de 1977.

Ante la falta de un órgano oficial del desarrollo espacial en México, los esfuerzos en esta materia se aislaron. Por ejemplo, se desarrollaron y calificaron experimientos en ciencias de materiales para ser efectuados en el Transbordador Espacial de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los Estados Unidos, desarrollados en la década de 1980 por un grupo de investigadores e ingenieros de la UNAM.

La industria de las telecomunicaciones impulsó la creación de una red satelital para su sector, la cual se concretó con la puesta en órbita de los satélites Morelos durante 1985 por la NASA, lo que impulsó a que instituciones como el CICESE desarrollara trabajos en tecnología telefónica, VSAT y comunicación movil en banda L. Los trabajos con la NASA permitió que el doctor Rodolfo Neri Vela participara en una misión de los transbordadores espaciales y se convirtiera en el primer astronauta mexicano.

Algunas actividades espaciales fueron financiadas por el extinto Instituto Mexicano de Comunicaciones (transformado en la actual Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL)), por el organismo descentralizado Telecomunicaciones de México (Telecomm) y por la empresa privatizada que surgió de Telecomm, Satélites Mexicanos, S.A. de C.V. (Satmex); así como por algunas instituciones de educación superior, principalmente la Universidad Nacional Autónoma de México, junto con el Instituto Politécnico Nacional (especialmente a través del Cinvestav), el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada.

Concretamente la UNAM, durante la década de 1990, creó el Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial (PUIDE) mediante el cual se diseñó y construyó el microsatélite UNAMSAT 1, el cual se perdió durante el lanzamiento en 1995. Pero un microsatélite gemelo, el UNAMSAT B fue puesto en órbita un año después.

Además de las instituciones universitarias, también llevaron a cabo esfuerzos individuales personas y pequeños grupos autónomos, pero sin coordinación y sin la participación ni apoyo importante del Gobierno o de inversionistas mexicanos. La Sociedad Espacial Mexicana (SEM) se fundó en 1990 por iniciativa de Jesús Raygoza. El grupo ha trabajado con algunas escuelas mexicanas y en proyectos de cohetes de aficionados, pero con poco impacto en el resto del país y de la sociedad.

Por otro lado, en la década de 1990 se presentaron al menos dos iniciativas diferentes para la creación de una oficina o agencia espacial nacional. En 1995, la SEM entregó una propuesta al Gobierno del Presidente Ernesto Zedillo y a la Comisión de Energía del Congreso de la Unión. Y en 1998, un grupo de académicos mexicanos se expresó en las mismas líneas en audiencia ante la Comisión de Ciencia y Tecnología.

En 2004 los ingenieros Fernando de la Peña Llaca y José Luis García García con la asesoría del doctor Gianfranco Bissiachi, el licenciado Fermín Romero, el Doctor José Hernández y el Doctor Rodolfo Neri Vela comienzan la promoción para la creación de una Agencia Espacial Mexicana, idea que un año después se presentará como una iniciativa de Ley en la Cámara de Diputados.

Que es la Agencia Espacial Mexicana


La Agencia Espacial Mexicana (AEM) es un organismo público descentralizado del Gobierno Mexicano, encargado de coordinar la Política Espacial de México a fin desarrollar los especialistas, la tecnología y la infraestructura necesarias para la consolidación del sector espacial en el país.

El organismo fue creado por medio de la Ley que crea la Agencia Espacial Mexicana que fue aprobada finalmente por el Congreso de la Unión el 20 de abril de 2010; promulgada por el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, el 13 de julio de 2010; publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de julio; y en vigor a partir del 31 de julio, fecha que se puede considerar como la de su fundación.

La Junta de Gobierno de la AEM se instaló el 7 de septiembre de 2010, la cual es encabezada por ministerio de ley por Juan Francisco Molinar Horcasitas, Secretario de Comunicaciones y Tranportes; la cual emitió una convocatoria para realizar los foros y mesas de trabajo permanentes para formular las líneas generales de la Política Espacial de México, para posteriormente convocar para la designación de su Director General.

La convocatoria estableció que serían 4 foros con duración de hasta de dos días, más un foro de conclusiones. La temática establecida para cada foro es la siguiente:

* Desarrollo industrial.- Organizado por la Academia de Ingeniería realizado en la ciudad de Querétaro los diás 28 y 29 de octubre de 2010.
* Relaciones internacionales y marco legal.- Organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores efectuado en la ciudad de Pachuca los días 15 y 16 de noviembre de 2010. Este foro coincidió con la celebración de la VI Conferencia Espacial de las Américas (CEA) organizada por la misma Secretaría en la misma ciudad del 15 al 19 de noviembre de 2010.[5]
* Investigación científica y tecnológica.- Organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México realizandose en Ensenada los días 13, 14 y 15 de diciembre de 2010.
* Formación de recursos humanos.- Organizado por el Instituto Politecnico Nacional a celebrarse en Puerto Vallarta los días 27, 28 y 29 de enero de 2011; y
* Conclusiones.- Organizado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a efectuarse en la Ciudad de México durante el mes de febrero de 2011.

martes, 5 de octubre de 2010

18 Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT - Presidente Calderón



Palabras del Presidente Felipe Claderon durante la ceremonia de ignauración de la union internacional de Telecomunicaciones donde infoma que "México pondra en órbita 3 satelites que serán fundamentales para labores de seguridad y yambien para el aprovechamiento de Banda L"

martes, 29 de junio de 2010

Un viejo explorador lunar envía sorprendentes pulsos de luz láser a la Tierra

Un robot soviético que había estado perdido durante los últimos 40 años ha sido encontrado. Los investigadores planean usar al anciano robot como ayuda para medir la órbita lunar y probar teorías de la gravedad.

Junio, 2010: Se ha encontrado un explorador robot soviético que había estado perdido en las polvorientas llanuras de la Luna durante los últimos 40 años, y está enviando pulsos de luz láser sorprendentemente fuertes a la Tierra.

"Enviamos pulsos láser a la posición del Lunokhod 1, y nos sorprendió la potencia de la señal reflejada", dice Tom Murphy, de la UC San Diego, quien lidera el equipo de investigación que está poniendo en funcionamiento al viejo robot nuevamente. "El Lunokhod 1 nos está hablando fuerte y claro".
Arriba Aunque parezca una criatura de ciencia ficción, el Lunokhod 1 es real. Crédito de la imagen: Lavochkin Association. [Más información]

Casi olvidado en la historia de la carrera espacial que tuvo lugar durante la era de las misiones Apollo, el Lunokhod 1 fue uno de los más grandes éxitos del programa soviético de exploración lunar. En 1970, la revista Time relató el histórico alunizaje del robot:
"Tres horas después de descender a la superficie lunar a bordo de la más reciente sonda exploradora robot soviética, no tripulada, denominada Luna 17, el Lunokhod 1 (literalmente 'caminante lunar') se movió pesadamente por una de las dos rampas extendidas por su nave nodriza y avanzó… siendo éste el primer paso gigante en la exploración de otro cuerpo celeste por medio de robots".
Arriba: Una fotografía de la sonda Luna 17 tomada por el Orbitador de Reconocimiento Lunar (Lunar Reconnaissance Orbiter, en idioma inglés). Se puede ver el sendero del Lunokhod 1 alrededor de la sonda. [Más información]

El explorador a control remoto recorrió casi 10 kilómetros (7 millas) durante su expedición lunar de 11 meses. Durante ese tiempo, envió a la Tierra miles de imágenes de TV y cientos de fotografías panorámicas de la Luna en alta resolución. También tomó muestras y analizó el suelo lunar en 500 lugares diferentes.

Pero después se perdió el contacto con el Lunokhod 1 (hasta el mes pasado cuando el Orbitador de Reconocimiento Lunar, de la NASA, lo encontró de nuevo). El descubrimiento está descripto en un comunicado de prensa anterior de la NASA.
El 22 de abril, Murphy y su equipo enviaron pulsos de luz láser desde el telescopio de 3,5 metros en el Observatorio Apache Point, en Nuevo México, dirigidos a las coordenadas proporcionadas por el Orbitador de Reconocimiento Lunar. Un retrorreflector láser, ubicado a bordo del Lunokhod 1, interceptó los pulsos y mandó una señal clara a la Tierra.
"Recibimos alrededor de 2.000 fotones del Lunokhod 1 en nuestro primer intento. Después de casi 40 años de silencio, parece que este explorador tiene mucho para decir", mencionó Murphy.
A finales de la década de 1960 y principios de la década de 1970, los astronautas del Apollo colocaron otros tres retrorreflectores en la Luna para hacer mediciones por láser de la órbita lunar. Asistidos por un cuarto retrorreflector ubicado en el Lunokhod 2, un gemelo del Lunokhod 1 que alunizó en 1973, estos espejos constituyen el único experimento científico del programa Apollo que aún funciona.

Arriba: Medición por láser de distancias a la Luna llevada a cabo desde el Observatorio McDonald. [Más información]

Eric Silverberg, quien ahora se ha retirado de la Universidad de Texas, estuvo a cargo de las actividades de medición por láser de distancias a la Luna en el Observatorio McDonald desde 1969 hasta 1982. "Durante ese tiempo", recuerda, "medimos exitosamente las distancias a los tres retrorreflectores de esquina del Apollo y al reflector del Lunokhod 2. También intentamos medir la distancia al primer explorador lunar ruso pero tuvimos solamente una posible (aunque no definitiva) detección el 31 de diciembre de 1970. Nuestro desconocimiento de la posición del explorador y las presiones asociadas al programa Apollo propiciarion que perdiéramos el interés por el Lunokhod 1".

"Cuando leí que Tom Murphy había descubierto la señal del explorador perdido me sorprendí mucho y estuve eufórico", dice Silverberg.

La reacción inicial de Murphy fue de incredulidad: "¡La señal era tan intensa que mi primer pensamiento fue que nuestro detector estaba fallando! Esperaba que el reflector del explorador estuviera muy deteriorado y que su luz fuera ténue después de tanto tiempo, así que pensé: 'esto no puede ser el Lunokhod 1'. Pero lo era".

"Este reflector es incluso lo suficientemente poderoso como para permitirnos tomar mediciones durante el día lunar —¡la primera vez que ocurre con un experimento de este tipo!"

Silverberg continúa: "El hecho de que la reflexión de la luz por parte del Lunakohd 1 sea ahora más potente que la de su gemelo es un misterio. Esto podría darnos importantes pistas acerca de por qué todos los reflectores son ahora más débiles que durante la primera década después de su llegada a la Luna".

Con el Lunokhod 1 de regreso en el equipo, el estudio de medición de distancias por láser puede utilizarse para obtener su máxima eficiencia por primera vez.

Los científicos están usando la medición de distancias por láser con el fin de poner a dura prueba la teoría de la gravedad de Einstein "para ver si logramos fracturarla", dice Murphy.
Arriba: Los prismas de esquina de cubo envían nuevamente la luz incidente hacia la misma dirección exacta desde la cual provino. [Más información]

"Nuestro telescopio emite un pulso láser que viaja desde la Tierra hasta la Luna y es devuelto por los reflectores. Debido a que éstos son 'reflectores de esquina de cubo', envían el pulso de regreso hacia la misma dirección desde la que provino. Recogemos tantos fotones reflejados como podemos".

El tiempo que le toma al pulso ir y venir determina la distancia que hay desde la Tierra hasta la Luna. Con mediciones repetidas, durante meses y años, los científicos pueden trazar la órbita de la Luna con precisión milimétrica.

La teoría de la gravedad de Einstein (la Teoría de la Relatividad General) sostiene que la masa y la energía de cuerpos enormes como el Sol curvan el espacio, y esta curvatura dicta cómo deben moverse los objetos alrededor del enorme cuerpo. De hecho, esta curvatura hace que la Tierra y la Luna caigan hacia el Sol.

Al medir el desplazamiento de la Luna a través del tiempo–espacio curvo, la Operación de Medición por Láser de Distancias a la Luna, del Observatorio Apache Point (APOLLO, según su sigla en idioma inglés) podría encontrar una grieta en el gran edificio de la Relatividad General. Así es como la ciencia progresa.

Hasta ahora, las mediciones por láser de distancias a la Luna apoyan la teoría de Einstein. Pero un curioso y viejo explorador robot podría arrojar, o al menos reflejar, luz sobre la cuestión.

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